San Miguel 1516 es la cerveza cuya receta se basa en la ley de pureza alemana promulgada por Guillermo IV de Baviera en 1516. Acompañada de unos huevos rotos al estilo “Riojano” se convierte en un pecado irresistible para cualquier Cervecista.
Hablar de huevos rotos, también conocidos como “huevos estrellados” es sinónimo de tapeo, picoteo, en definitiva, un placer para disfrutar, un deleite para los sentidos. La cuestión es que ¿Quién no conoce esta popular receta?, o mejor dicho ¿A quién no le gustan?
Algún descarrilado hay por ahí que por intolerancia al gusto o a la textura no le llaman, pero generalmente los huevos rotos son el number one de la lista entre las preferencias de cualquier mesa a la hora de picotear o tapear.
Entre sus múltiples versiones nos hemos decantado por la que se presenta con chistorra y pimiento verde. Dos ingredientes con carácter para los que San Miguel 1516 casa a la perfección. Elaborada a partir de 4 ingredientes (agua, malta, lúpulo y levadura) y con moderado contenido alcohólico, encuentra equilibrio y diálogo con este plato.
El origen de los huevos rotos
Los huevos rotos y su origen tienen bastantes teorías. Una de las últimas procede de un post de Instagram de New York Times, donde afirman que su origen se encuentra en las Islas Canarias y que se suelen servir como desayuno, comida o cena en España. ¿Sorprendente verdad? En realidad, digamos que esta teoría se desarma porque por aquí nos gustan mucho más como aperitivo, y sobre todo porque los expertos en gastronomía están en otra versión mucho más sostenible.
La que también nos cuenta Wikipedia. La de que los huevos estrellados y su receta se puede encontrar en algún libro de cocina del S.XIX, y que fue mucho más tarde, en la década de los 80 cuando más se popularizó, así como sus distintas variantes, gracias a Lucio Blázquez y su restaurante en Madrid, que a día de hoy los sigue sirviendo acompañados de patatas fritas con lonchas de jamón.
Actualmente es raro no encontrarlos en la carta de cualquier bar o restaurante.
Sus múltiples versiones
Como hemos comentado anteriormente a partir de la versión matriz o clásica (con patatas fritas y jamón), los huevos rotos se han ido reinventando por zonas a través de otras nuevas combinaciones. Hasta con los productos del mar (como mariscos, rabas o frituras) hay lugares que ya tienen su versión mediterránea.
En muchos sitios gustan mucho con paleta ibérica o con algunas carnes como el bacon, en Burgos se sirven con cebolla caramelizada y piñones, y en La Rioja se presentan con el ingrediente estrella: la chistorra, de origen vasco y conocida como “txistor”. Un tipo de embutido muy similar al chorizo por su tonalidad rojiza, pero semi curada. De ahí que requiera ser cocinada previamente.
Más finita, suele presentarse frita, por ello es la longaniza perfecta para los huevos rotos.
Los huevos rotos con chistorra, tan sencillos como complicados
Básicamente, porque aunque son una receta muy sencilla, si no se preparan bien y en su punto, se puede obtener un resultado nefasto.
El producto es fundamental,
- Un par de huevos frescos.
- 1 chistorra
- Dos pimientos verdes
- 2 dientes de ajo
- El truco está en el aceite de oliva extra donde se freirá toda la mezcla, ya que irá captando el sabor de todos los ingredientes.
- El punto de sal
Cortamos en dados la chistorra y partimos los pimientos en trozos. Pelamos los ajos y preparamos una sartén con aceite.
Primero incorporaremos la chistorra, que teñirá el aceite de sus sabores rojizos. Una vez esté, la apartamos en un recipiente y añadimos el pimiento verde y el ajo. Opcionalmente se puede acompañar con unas patatas fritas que se cocinarán en el mismo recipiente.
Con todo listo, freímos los huevos en ese mismo aceite que captará todo el sabor del resto de ingredientes. Es importante que la yema quede líquida y colocarlos en la fuente justo encima de la guarnición.
El ritual del servicio: romper los huevos rotos
La forma en que se parten es determinante. Se servirán muy recientes, se romperán y trocearán con tenedor y cuchillo en cruz, para que el huevo pueda cubrir, mezclarse y adquirir la textura y el gusto de la yema con todos los elementos.
Disfrutarlos con una cerveza ideal como San Miguel 1516
Los huevos rotos con chistorra son una mezcla perfecta que necesitan una cerveza refrescante y con personalidad. San Miguel 1516 es una cerveza de estilo Pilsen de intensidad aromática suave cuyas notas florales y de cereal se refuerzan con el trago, su amargor marcado y muy agradable media permite limpiar el paladar en cada bocado de este plato que ya es un clásico irresistible.