Láminas de jamón ibérico acompañadas de una versión lager más intensa. Con las llamadas cervezas extra, donde se conjugará una explosión de sabores muy especial.
Y es que el maridaje con cerveza está de moda, y con jamón ibérico aún más. ¿Cuál es el motivo? Principalmente la capacidad de combinar los sabores de estos dos productos sin alterar en absoluto la autenticidad de cada uno de ellos.
Los ácidos de la cerveza se mezclarán en el paladar con el regusto característico de este embutido de curación natural, lenta, perfectamente gradual y controlada, tan auténtico de nuestra zona, y a la vez tan apreciado en el resto del mundo.
Una cerveza de autor con cierto cuerpo, extra –no por su carácter superior, sino más bien por su intensidad e identidad propias que la convierten en distinta- de sabores únicos e irrepetibles, que se salen de lo clásico, será el toque perfecto para armonizar con las grasas y tacto salado del jamón, que atenuará el amargor final de este tipo de cerveza.
Aunque el jamón es de predominante gusto salado, también desprende notas ligeramente dulces, que lograrán sacar el máximo partido a una cerveza extra de autor.
Además de la mezcla, cada trago de cerveza ayudará a limpiar el paladar de los rastros y sobrantes procedentes de la grasa natural de cada lámina de ibérico. Un aperitivo al alcance de cualquier Cervecista.