La Torta del Casar, tan especial y propia de nuestra gastronomía, es la propuesta perfecta para compartir en los mejores momentos Cervecistas.
Como si hubiera estado durante años ‘reprobado’ y casi ‘mal visto’, actualmente se conforma como uno de los manjares que más éxito ha cosechado en el mundo de los quesos a nivel internacional.
Digamos que solía elaborarse –ahora también, de forma totalmente artesanal- en determinadas zonas rurales de España, especialmente en Extremadura (actual Denominación de Origen Protegida de la Torta del Casar), y con más producción en la provincia de Cáceres.
Curiosamente en su origen estaba extendida la creencia, ahora errónea, de que este tipo de queso al ser de textura blanda, se había cortado. Por lo que se quedaba como sobrante para el almuerzo de los pastores que no habían logrado venderlo a los señores, ya que estos preferían los quesos más duros.
Hoy la Torta del Casar, cuya materia prima es la leche de oveja entrefina, por su gran untuosidad y regusto cremoso en boca, es perfecta para acompañar con varios estilos de cerveza.
Pensemos que la forma ideal de disfrutarla es sentados alrededor de una mesa en compañía de varios comensales más. Una cerveza de estilo bock tradicional reinventado como Alhambra Reserva Roja, inspirada en este estilo que surgió en la ciudad de Einbeck (Alemania), para degustar sin prisa, en compañía de este aperitivo y unas rebanadas de pan tostado, harán la sobremesa más deliciosa e inolvidable de los últimos tiempos. Su intensidad permite armonizarla con esta variedad de queso, más bien ácido y de aspecto amarillento.
También se puede disfrutar con algunas cervezas negras, y va muy bien con las Brett beers (cervezas fermentadas con levadura Brettanomyces). El carácter y esfervescencia de estas últimas, dejará el paladar limpio tras cada bocado de la Torta.