Grimbergen blanche es la cerveza belga de abadía más refrescante de la colección. Sus notas cítricas la convierten en una cerveza ideal para disfrutar con falafel, el entrante de procedencia árabe que quien lo prueba repite.
Si no eres amante de las legumbres, disfrútalas enmascaradas y en forma de falafel.
Cualquiera que pruebe por primera vez este plato típico de los países árabes, de Oriente Medio y todo el Norte de África, le parecerá impensable imaginar que su ingrediente estrella son los garbanzos.
Y es que esta especie de croqueta redonda, más bien en forma de albóndiga crujiente, está elaborada a base de una pasta triturada.
Su preparación es bastante sencilla, y se convierte en la alternativa perfecta para una tarde cervecista de terraceo o azotea, mientras damos un repaso a la vida y los buenos momentos en compañía de esos amigos de siempre.
El secreto está en preparar los ingredientes con tiempo.
Primero dejaremos los garbanzos en remojo aproximadamente un día antes para posteriormente triturarlos mejor.
El toque exótico y árabe se lo pondrán las aromáticas como con el cilantro y el comino, la pimienta molida y el puntito de sal.
Además, y para obtener esa mezcla compacta se añadirá pan rallado, una pizca de perejil que le aporta esa tonalidad verdosa y unos dientes de ajo, para la nota más potente de sabor.
Una vez cocinados, estos bocados suelen servirse acompañados de un bol con salsa de tahini, preparada a base de semillas de sésamo tostadas, o para darles un punto más ácido y refrescante con salsa de yogourt.
Para compartir, sus sabores semiácidos y refrescantes conjugan a tope con Grimbergen Blanche. Una cerveza de trigo de abadía muy refrescante, con matices muy similares a la esencia del propio falafel.
Grimbergen blanche desprende cierto aroma cítrico y sus notas especiadas nos hará pensar en esas frutas ácidas que se mezclarán con las esencias del clavo, el cilantro o la bergamota. Una cerveza y un picoteo de origen árabe que por sus componentes conjugarán a la perfección.