Llegaron las cervezas de temporada de otoño. Y con ellas las Pumpkin Ale, un clásico de Noche de Brujas ideal para los amantes de las bebidas más dulces.
Halloween es la puerta de entrada de las cervezas de otoño y sus sabores más intensos. Una de las más especiales es la Pumpkin Ale.
Este estilo nació en el siglo XVII con la llegada de los ingleses en el Mayflower a los Estados Unidos. Bebedores de cerveza, cuando arribaron al Nuevo Mundo comenzaron a fabricarla. Pero los ingredientes habituales no eran fáciles de conseguir. Surgieron entonces alternativas como la calabaza.
Cuando los ingredientes tradicionales empezaron a estar disponibles, esta costumbre desapareció. Pero las calabazas regresaron a las fábricas artesanales en los 80 de la mano del movimiento craft. Bill Owens, propietario de Buffalo Bill´s Brewery (la primera cervecería de EEUU, situada en California, año 1983), encontró una receta formulada por el mismísimo George Washington donde en el macerado del mosto cervecero se utilizaba pulpa de calabaza.
Hoy son la estrella de Halloween.
El por qué de la calabaza
Halloween es una fiesta de origen celta, más difundida en el mundo anglosajón, pero que viene creciendo en popularidad también en nuestro país. Su nombre se debe a la frase «All Hallow’s Eve» que significa víspera de Todos los Santos y que celebra el Samhain o fin del verano. En este período, la leyenda cuenta que se abría la puerta al mundo de los muertos.
Pero, ¿qué función cumplía la calabaza? Pues espantar a los malos espíritus. Sin embargo, no siempre fue así. En los inicios de esta tradición, era el nabo el encargado del trabajo. Pero el exceso de producción del vegetal naranja motivó al reemplazo de la hortaliza. La calabaza, además, representaba la cara de Jack O’Lantern, un granjero de Irlanda que habría vencido al mismísimo diablo. De allí la costumbre.
¿Cómo son las cervezas de calabaza?
Hay que animarse a probarlas. Son cervezas rojas entre el ámbar y el cobrizo. Son maltosas, y, como la calabaza, poseen un sabor dulce con notas de caramelo. Se les suele incorporar clavo, pimienta, nuez moscada, canela o jengibre. Tienden a tener un porcentaje alto de alcohol.
Para pensar en un sabor similar, deberíamos evocar a los pasteles de calabaza. Lo importante es que la cerveza conserve el equilibrio en el dulzor.