El legado de la ley de pureza alemana, donde se estableció que la cerveza solamente podía elaborarse a partir de tres ingredientes -agua, malta de cebada y lúpulo- queda representado por San Miguel 1516.
Una cerveza de carácter tradicional que se elabora según los estándares y las pautas de la ley de pureza alemana, también conocida como ‘Reinheitsgebot’ (Reinheit = pureza y Gebot = mandamiento, ley).
La ley de pureza de la cerveza se implantó en la región de Baviera, y paulatinamente se fue extendiendo por el resto del país, hasta 1906 que fue aplicada en toda Alemania
Promulgada el 23 de abril de 1516 por el duque Guillermo IV de Baviera, establecía que la cerveza solo podía elaborarse a partir de agua, cebada y lúpulo.
Esta ley tenía el objetivo de mejorar la calidad y la conservación de la cerveza, ya que obliga al uso de lúpulo que tiene propiedades antibacterianas.
Aunque también había motivos ocultos como por ejemplo que el duque Guillermo IV tenía el monopolio sobre la cebada.
La ley de pureza, todavía vigente hoy en día, mantiene la tradición alemana. Aunque de forma constante a lo largo de la historia se ha ido adaptando a los cambios.
Años más tarde substituyó cebada por cebada malteada, y después del descubrimiento de la fermentación, en el S. XIX, también añadió la levadura.
Así a día de hoy las cervezas que se fabrican según el “Reinheitsgebot” únicamente pueden elaborarse con agua, malta, lúpulo y levadura.
Un legado único que ningún cervecista deberá dejar pasar inadvertido.
La cerveza San Miguel 1516 es un claro ejemplo de cerveza que se produce según el “Reinheitsgebot”, y toma su nombre del año en el que dicha ley se promulgó.