La copa Goblet, ideal para disfrutar de todas las cualidades de determinadas cervezas belgas de abadía.
‘Cada cerveza con su copa’, práctica obligatoria una vez se van probando distintos estilos y tipos, y que nos lleva a ser cada vez más selectivos con el recipiente que se emplea en cada momento Cervecista.
La copa Goblet, también conocida en el argot cervecero como ‘Chalice’ o ‘Cáliz’, típica de las cervezas de abadía, trapenses y de estilo ale, es prácticamente igual a la copa donde se sirve el cáliz. Ligeramente más baja con respecto a otros vasos y copas para cerveza, presenta una altura y tallo medio.
Su apertura, más ancha de lo habitual, permite detenerse en toda la parte visual de color y apariencia, y en cada uno de los aromas que despiertan este tipo de cervezas.
Es típico observar cómo algunas copas Goblet presentan ciertos labrados o elementos decorativos dorados o engranados alrededor del cristal. Está pensada para cervezas ale o de alta fermentación, de cierta intensidad y más complejas, como las Abadías belgas.
Una Grimbergen double-ambrée (de doble fermentación y ambarina por sus destellos cristalinos de color ámbar) servida en esta copa, permitirá un paso muy agradable en boca, que nos detendrá a apreciar las maltas tostadas de una cerveza con características únicas.
Sin alejarse de la cuna de la cerveza belga y las cervezas de abadía, no debe dejarse pasar la oportunidad de distinguir los matices de una belgian blonde ale, bastante aromática, o incluso arriesgar y apostar por el servicio en este tipo de copa de una Grimbergen Blanche cerveza de trigo más refrescante elaborada según la receta originaria de los monjes.