La caña de cerveza es todo un clásico que forma parte del ADN de nuestra propia cultura. Hablemos de su origen, de sus distintas acepciones y por supuesto del perfect serve, porque ¿A qué Cervecista se le resiste una caña “bien tirada”?
Si hablamos de cañas en Madrid, cuna de la “caña de cerveza” por excelencia, seguramente nos entiendan la mayoría de los mortales. Sin embargo, saliendo de la capital, se trata de una denominación popular que no cualquier apasionado de la cerveza entiende.
La RAE define el término caña como “Vaso, generalmente de forma cilíndrica o ligeramente cónica, alto y estrecho, que se usa para beber vino o cerveza”.
La caña de cerveza tiene varias acepciones a lo largo de la geografía española. En la zona del norte, sobre todo en el País Vasco se conoce como “zurito” por el vaso típico donde se sirve. Su capacidad es medio vaso de cerveza.
Pero las medidas varían sustancialmente dependiendo de en qué sitios se consuma, porque muchas veces la caña se suele servir en vasos de 200 ml. (por ejemplo en Barcelona), una medida que en Madrid se conoce como “Doble”.
Además existen otras denominaciones para este formato de cerveza, por lo que si escuchas alguna vez pedir un corto, penalti o media, también se está pidiendo una caña.
El origen de la caña de cerveza
Una de las teorías más difundidas acerca del origen del nombre de caña, se debe al tubo por el que sube la cerveza a presión desde el barril hasta que se sirve del grifo. Este tubo o “caña” es el que finalmente bautizó a este formato tan popular de las barras de bar.
A finales del siglo XIX ya era bastante frecuente consumirla. La primera fábrica de Mahou en Amaniel (Madrid) era un lugar de ocio y disfrute de las cañas en su popular terraza.
La caña y su servicio
Resulta frecuente ver cómo algunos bares se han ganado su fama gracias a las “cañas bien tiradas”. En realidad del buen servicio de una caña depende que el disfrute de la cerveza sea pleno y placentero.
Mahou, una de las pioneras de la caña, presenta una guía de la caña Maestra en el que explica que una caña bien tirada tiene que estar a una temperatura determinada, debe presentar un dedo o dos de crema, de tal forma que ayude a mantener la carbonatación y todos los sabores aromáticos de la cerveza.
Además, la calidad de la crema se verá reflejada en la formación de aros tras cada sorbo. Acompañada de una tapa o pintxo, redondeará y completará la experiencia.