El éxito tan grande que está ocasionando el movimiento craft, conlleva nuevas formas de disfrutar y de contar con un montón de accesorios para los amantes de la cerveza. En esta primera entrega vamos a descubrir qué es el growler, un poco de su historia y por qué gusta tanto.
Qué es el growler
El growler es un recipiente de vidrio retornable que permite transportar la cerveza servida del barril en un pub o cervecería y llevarla hasta casa lista para beber.
Este envase también se utiliza por los cerveceros artesanales para almacenarla, ya que es más fácil de embotellar, pero no preserva igual la calidad por lo que no es lo más deseado.
Mediante el growler, la cerveza se vende por cantidades, contando con el galón estadounidense como unidad de medida de referencia, donde un galón equivale a casi cuatro litros.
Desde su existencia, el growler ha tenido diferentes formas a lo largo de los años, pero su propósito que es el de transportar cerveza fresca a cualquier lugar no ha cambiado.
El growler actual es una botella más ancha que el botellín con forma de jarra, que cuenta con un asa para su desplazamiento, y que tiene un tapón de cerámica con rosca.
Su color es generalmente de vidrio marrón oscuro para evitar posibles alteraciones y contaminaciones de la cerveza por el paso de la luz.
Un poco de historia del growler de cerveza
El growler, cuyo término anglosajón se traduce como “gruñidor” o “gruñón”, es una denominación cuyo origen se desconoce a día de hoy.
Muchos expertos aluden al sonido que hace cuando anteriormente y siendo de metal, hacía ruido y retumbaba como si gruñera en el recipiente debido a la carbonatación de la cerveza.
Este formato de hace años era muy común ya que antes la cerveza embotellada o en lata a un precio razonable y económico tal y como la concebimos en la actualidad, prácticamente no existía.
Parece ser que el origen del growler se remonta al S.XIX. Tenía forma de cubo de acero o lata y permitía transportarla de un lado a otro.
Este recipiente de aparente y dudosa higiene y salubridad, fue evolucionando hacia otros formatos más herméticos como el cubo galvanizado de dos cuartos de galón (1,89 litros), que incluía tapa de cierre hermética y un asa de madera para transportar la cerveza.
Otras teorías aluden a que la denominación procede de las discusiones que se producían entre los taberneros y dueños de los bares con los clientes, porque el envase que se vendía contenía más espuma que líquido.
En los años 20, con la prohibición del alcohol, estuvo a punto de desaparecer; pero finalmente volvió a cobrar auge tras el fin de esta medida.
Fue años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y aunque existía desde finales del S.XIX, cuando se popularizó la costumbre de que los niños transportaran los growlers de la cervecería a los trabajadores y a sus padres para el almuerzo o las cenas. Durante esta actividad, la persona que lo transportaba era a la que se le decía que estaba “rushing the growler”.
Aunque existen muchas más teorías acerca de por qué su denominación, de una forma u otra, y con diferentes materiales a lo largo del tiempo (cerámica, metal, cristal, etc.), este recipiente se sigue empleando con el mismo auge y pasión entre el sector de la cerveza artesanal actual.
La principal ventaja del growler es que se puede consumir una cerveza de barril a un precio razonable con el mismo sabor que la recién servida on tap (de grifo) en cualquier bar, siempre que se disfrute fresca.