La Cold IPA ha llegado para innovar sobre un clásico. Es una versión más refrescante, con levadura Lager, pero que no deja atrás el sabor lupulado. Ideal para despedir el verano.
Ya hemos hablado de las NEIPA y hoy llega el turno de las Cold IPA. Una receta que nació al oeste de Estados Unidos.
Sabemos que la esencia de las IPA está en la importancia que cobra el lúpulo, lo que le brinda ese sabor tan típico y amargo. Sobre esta receta comenzaron a buscarse nuevos subestilos. Pensando en desarrollar una cerveza que conservara esas características, pero que fuera más ligera, nació la Cold IPA, elaborada con levadura Lager y malta Pilsner, lo que la hace fresca y fácil de tomar.
¿No es igual a la Indian Pale Lager?
Esta es la principal pregunta que nos surge al leer sobre esta nueva receta. Pero la respuesta es no. Porque en comparación, las COLD IPA suelen tener mayor graduación alcohólica. Para lograr este fin, se utilizan extras como el arroz o el maíz. Se usan además lúpulos americanos, neozelandeses o sudafricanos para mantener ese sabor, a diferencia de las IPL, que suelen utilizar lúpulos más tradicionales dentro de las cervezas lupuladas.
La Cold IPA y su fabricación
Para llegar a este mix, los cerveceros han probado un procedimiento diferente e innovador. Se utiliza una cepa de levadura Lager y se fermenta a mayor temperatura y, de este modo, se obtiene una mayor intensidad del lúpulo sin el aroma de las fermentaciones Ale. Para finalizar, se usa el dry-hop spund o dry hop krausen.
De este modo, se llega a una cerveza más fácil de beber como las Lager rubias, pero sin dejar de lado el sabor lupulado ni la graduación alcohólica. Una mezcla justa entre la frescura y el sabor IPA. ¡Lo que todos esperábamos!