Dicen que hay que pasar el invierno. Pero mejor hacerlo con un buen sabor en boca, en casa y bajo varias mantas. Un cocido, tu juego de mesa favorito y una buena cerveza negra se convierten hoy en el hygge ibérico.
Que no os deprima la falta de tardes, siempre hay lugar y tiempo para pasar un buen rato, disfrutar del hogar y de los sabores invernales.
El frío suele estar asociado a los vinos o bebidas espirituosas. Sin embargo, las cervezas intensas también tienen su lugar. Mientras preparamos un plan de juegos de mesa, se pueden destapar distintos estilos para comenzar a educar el paladar.
El objetivo es pasárselo bien o lograr el hygge, el concepto danés de felicidad, hoy tan de moda. Es que más que nunca la felicidad está en las cosas sencillas y sobre todo, en esas que transcurren en casa.
Hablemos de cervezas negras
Las variedades de cerveza asociadas al invierno son las negras, sin embargo, hay muchas personas que las perciben muy fuertes. Existe una creencia consolidada, que les adjudica un sabor más amargo o alcohólico. Esta tendencia tiene un dejo de razón. Se debe a que el cereal/la cebada que se usa en su elaboración es sometida a intensos procesos de malteado que transmiten, en muchas ocasiones, matices con tonos «tostados» de variable intensidad.
Pero existen otros estilos que pueden sorprender por su suavidad en boca y que en la actualidad están más disponibles. Entre los más conocidos se destacan las británicas Porter y Stout.
Porter o Stout, esa es la cuestión
La Porter debe su nombre a los porteadores de mercancías de los mercados de Londres. Eran las cervezas predilectas por su robustez. Fueron muy populares a finales del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX. Son las predecesoras de las Stout. En un comienzo sólo se usaba este término para denominar las cervezas más potentes elaboradas a partir de maltas oscuras, por eso se hablaba de las Stout Porter. Es decir, que en sus inicios, ambas se elaboraban de la misma forma, aunque las Porter se caracterizaban por un mosto más diluido que las hacía menos corpulentas que las Stout.
Dentro de las Stout hay distintas variantes, pero la más apreciada es la Imperial Stout. Su denominación original es Russian Imperial Stout a causa de su origen histórico, ya que se trataban de cervezas que durante el siglo XVIII eran exportadas hacia Rusia, siendo muy apreciadas por la corte imperial rusa, de donde tomaron el adjetivo Imperial. Se caracterizan por presentar un alto contenido alcohólico y de lúpulo, así como una gran complejidad que incluye café, cacao y fruta negra entre otros matices.
Dos variedades para empezar a incursionar en el mundo de las cervezas negras. Un recorrido de conocimiento que vale la pena atravesar y que es ideal comenzar a desandar en el invierno.
La invitación está hecha.