Los bares speakeasy nacieron como bares clandestinos en plena Ley Seca en Estados Unidos. Hoy se convirtieron en moda. Una propuesta diferente para disfrutar de las mejores cervezas y cócteles.
En los capítulos de las curiosidades de la cerveza ya hicimos un adelanto sobre las consecuencias que trajo para el mundo cervecero la Ley Seca. Durante ese período, desaparecieron los estilos que habían sido traídos a Estados Unidos por los inmigrantes. Cuando la ley llegó a su fin, en 1933, solo había sobrevivido la light lager, que era admitida por su menor graduación alcohólica. Este particular momento dio origen al predominio de la industria local estadounidense, liderada por este estilo cervecero y, posteriormente, ante la falta de propuestas alternativas, al crecimiento de las craft.
En este mismo contexto, hace 100 años, nacieron los speakeasies como modo de resistencia a la ley. Con fachadas irreconocibles y contraseñas para entrar, estos bares clandestinos hoy volvieron como una alternativa divertida, en un revival de los años 20 que se descubre a través del boca a boca.
Speakeasy: el placer de lo secreto
Los speakeasies eran solo conocidos a través de los contactos adecuados. Estaban instalados en sótanos o habitaciones ocultas y el nombre se debía a que había que hablar bajo para evitar llamar la atención de la policía.
En los 2000, estos locales retomaron su auge, primero en Nueva York y luego en el resto del mundo. En la actualidad, además de las puertas secretas, suelen estar decorados como en los locos 20 y ofrecen cervezas y cócteles premium. Mantienen ambientes íntimos y lo más importante, el sabor a clandestinidad. No se trata solo de beber y comer rico, sino de vivir la experiencia.
Detrás de tiendas de decoración, de garajes y trastiendas de negocios, llevan intrínseco el placer de lo oculto y lo prohibido. ¿Tú ya experimentaste alguno?