¿Cómo realizar una buena cata de cerveza?
El momento de la cata es el más experiencial, en él se disfruta de la cerveza en todo su esplendor. Es el instante donde empiezan a trabajar todos los sentidos para ponerse en contacto y apreciar los matices y el sabor de cada uno de los estilos existentes. Una experiencia sensorial de cada Cervecista en continuo aprendizaje y llena de nuevas sensaciones. Los siguientes pasos conforman un modelo de seguimiento y las recomendaciones para llevar a cabo una buena cata.
1 - Los preparativos
Antes de comenzar la cata de cerveza se debe pensar y preparar todos los elementos necesarios para la experiencia. Resulta imprescindible un espacio agradable, limpio de olores intensos, sin ruidos y bien iluminado, que acapare toda nuestra concentración. Un detalle muy importante que no se debe escapar: la temperatura, cada cerveza se debería presentar a la temperatura que requiera el estilo, si deben ser probadas a temperatura ambiente o con algunos grados de más, sacar del frigorífico un rato antes de la cata. Además, durante la cata de cerveza, para su mayor disfrute y percepción de los aromas, debemos servir las cervezas en los vasos o copas recomendados para cada estilo y contenido de alcohol.
2 - El perfect serve
El proceso se inicia con un correcto servicio en la copa de la cerveza.
Abrimos la botella cuidadosamente, sujetamos la copa con una mano inclinándola unos 45º y con la otra acercamos la botella para deslizar la cerveza sobre la pared del vaso, sin que llegue a entrar en contacto directo con el cristal.
Suavemente vamos enderezando el vaso hasta llegar a posición vertical, y terminaremos de servir la botella hacia el centro del vaso, de forma que la cerveza caiga sobre sí misma, formando, ahora sí, una capa de espuma de unos 2,5 centímetros.
3 - Su aspecto
Observar detenidamente el aspecto de la cerveza nos dará muchas pistas para su valoración posterior. Empezaremos evaluando el color, describiendo desde los amarillos más pálidos hasta tonos más oscuros (pasando por dorados, ambarinos, cobrizos y marrones, entre otras tonalidades más peculiares).
También prestaremos atención a su turbidez, pudiendo encontrar cervezas muy cristalinas, veladas e incluso turbias.
Por último, contemplaremos a la gran aliada de la cerveza: la espuma o corona, valoraremos su cantidad, textura y persistencia, si permanece en el tiempo, o desaparece al instante.
4 - Los Aromas
El sentido del olfato aportará información nueva. Durante la cata seguiremos una serie de fases en las que acercaremos, poco a poco, nuestra nariz a la copa y con cada inhalación iremos descubriendo nuestra cerveza. Al principio agitamos la cerveza manteniendo la copa a 10-15 cm de la nariz y procedemos a realizar un par de aspiraciones cortas, luego aproximamos el vaso a la nariz y repetimos, lo que nos hará detectar esos aromas más fugaces y pasajeros. La experiencia de la cata de cerveza continúa con un par de aspiraciones más prolongadas. Por último, para concentrar aromas, cubrimos el vaso con la mano mientras agitamos la cerveza, acercamos el vaso a la nariz y aspiramos nuevamente. Los encuentros de cata serán el mejor maestro para detectar los diferentes matices de la cerveza y recuerda, cuanto más sabes, mejor saben.
5 - Sabor, en boca
Se llega al momento más deseado. Toca probar la cerveza. Para ello, la degustaremos en boca sorbo a sorbo, dejando que recorra la lengua y paladeando lentamente durante unos segundos, sin apresurarnos en tragar. Aquí nos detendremos en aspectos como el sabor de las notas dulces, amargas, la acidez o incluso notas saladas y en el grado de intensidad. Luego se deja atemperar la cerveza en el fondo de la boca y al mismo tiempo que fluye por la garganta, se espira por la nariz con la boca cerrada. Esto nos permitirá percibir sensaciones más complejas, potenciar aromas y detectar matices. La textura también es percibida en boca, esta describe el cuerpo, cremosidad, astringencia y carbonatación (alta, media o baja) de nuestra cerveza.
6 - Las valoraciones
Llega la hora de valorar la cata de la cerveza y dependiendo de la seriedad de la misma, su valoración será más o menos estricta. Tendremos en cuenta cada una de las fases por las que hemos pasado y las diferentes sensaciones percibidas. Es el momento de preguntarnos ¿Qué tiene de peculiar?, ¿Qué aromas he percibido?, ¿Es equilibrada?, ¿A qué estilo pertenece? y en un campo más subjetivo podemos preguntarnos ¿Nos ha gustado? Sobre todo es la fase de analizar el llamado 'posgusto', o esas sensaciones que tras haber probado la cerveza harán valorar si ha sido más o menos balanceada, diferenciada, correcta de acuerdo al estilo y sin duda, placentera. Compartir y contrastar impresiones es una de las mayores satisfacciones para cualquier Cervecista.